El cobro del impuesto mínimo global que pagarán las grandes empresas representa un reto para Costa Rica en su tarea de retener y atraer nueva inversión extranjera, de acuerdo con Juan Carlos Chavarría, presidente de la Cámara Costarricense - Norteamericana de Comercio (AmCham).
Se trata de un tributo que tiene el potencial de dañar el clima de inversión, por lo que Costa Rica debe prepararse para proteger miles de empleos.
De momento, no está claro si el país recaudará el 15% de tributos que establece el impuesto, ya que Costa Rica podría abstenerse y dejar que otros países cobren el tributo.
Sin embargo, esto no significa que el peligro haya pasado, ya que el país tiene una agenda de trabajo importante para mejorar el clima de negocios.
Asimismo, se requiere el desarrollo de nuevos incentivos que protejan las inversiones existentes y promuevan la llegada de nuevas inversiones y así mitigar el impacto de esa carga fiscal.
¿Qué es el impuesto mínimo global?
El impuesto mínimo global es una iniciativa impulsada por el Marco Inclusivo de la OCDE/G20, que tiene como objetivo establecer un impuesto corporativo mínimo del 15% de tarifa efectiva de impuesto.
El tributo es aplicable a las empresas que pertenecen a grupos multinacionales con ingresos consolidados superiores a 750 millones de euros, ya sea en la jurisdicción donde operan, o bien, en la jurisdicción donde se ubica la casa matriz o en las jurisdicciones donde se encuentran las otras entidades del grupo.
En ese sentido, se puede decir que el impuesto lo que pretende garantizar es que las entidades que pertenecen a esos grupos multinacionales cumplan con un nivel mínimo de tributación.
¿Costa Rica puede decidir cobrar el impuesto, pero también puede dejar que otros países lo hagan y abstenerse?
Así es.
Es importante aclarar que aquellos países que decidan implementar el impuesto mínimo global, particularmente los que opten por la vía de incorporar un impuesto mínimo doméstico calificado, deberán necesariamente considerar en paralelo una estrategia de incentivos fiscales y no fiscales, a efectos de mantener el atractivo del país para la inversión extranjera y local, así proteger la inversión existente y mitigar el impacto de la carga tributaria.
¿Cuál sería el impacto para Costa Rica de no tomar medidas de compensación si se decide cobrar el tributo en suelo nacional?
La implementación de este impuesto sin una estrategia de incentivos fiscales bien definida, podría impactar la competitividad del país en términos de retención y atracción de nuevas inversiones.
Es esencial considerar todas las opciones disponibles para asegurar que el país se adapte efectivamente a esta nueva realidad y refuerce su posición competitiva.
El desarrollo de nuevos incentivos fiscales que protejan las inversiones existentes y promuevan la llegada de nuevas inversiones será clave para mitigar el impacto de una nueva carga fiscal.
¿A partir de cuándo se aplica?
Según el cronograma inicialmente propuesto por la OCDE, la implementación y entrada en vigencia de las primeras reglas del impuesto mínimo global estaba prevista para el año 2023.
No obstante, los tiempos en este cronograma han ido difiriéndose, en virtud de que se trata de reglas técnicamente complejas que requieren de un grado importante de desarrollo para su correcto entendimiento y aplicación; a la fecha, el Marco Inclusivo ha acordado y publicado varias guías administrativas en las que se desarrollan algunos de los temas claves de estas reglas modelo.
Las autoridades de Costa Rica han manifestado que se encuentran analizando los retos y oportunidades que podría tener el impuesto mínimo global para el país.
Este impuesto podría afectar de forma significativa los incentivos relacionados con las exoneraciones del Impuesto sobre la Renta que se otorgan a las empresas beneficiarias de las zonas francas.
Todo este tema representa un cambio de reglas importante para el régimen de zonas francas y la atracción de inversión, ¿cuáles son los retos país en torno a este tema?
Se trata de una nueva realidad en el panorama de la tributación internacional, que requiere de un análisis detallado para comprender su impacto y aplicación.
Las reglas técnicas asociadas son complejas y ameritan una evaluación cuidadosa.
Esta realidad representa un cambio significativo en la estrategia tradicional de atracción de inversión local y extranjera, especialmente en lo que respecta al Régimen de Zona Franca.
Ante este nuevo escenario, surgen desafíos relacionados con la adopción del modelo de implementación del impuesto mínimo global y la competencia entre diferentes jurisdicciones, particularmente economías emergentes, por la atracción de la inversión extranjera.
Al mismo tiempo, vemos esta realidad como una oportunidad para que el país refuerce e innove su posición competitiva mediante la creación de nuevos incentivos fiscales y no fiscales.
Estos incentivos deben en todo momento buscar proteger la inversión existente, a la vez que permitan la atracción de nuevas inversiones y mitigar el impacto de posibles nuevas cargas tributarias.
¿Se puede decir que la inversión extranjera que hoy recibe Costa Rica estaría en riesgo?
Como se indicó, este nuevo panorama de tributación internacional requiere de un análisis detallado para comprender su impacto y aplicación.
Con las aclaraciones anteriores, podemos decir que el impuesto tendría un impacto significativo a nivel de las empresas que están dentro del Régimen de Zona Franca.
¿Cómo competir con otros países que no están cubiertos por el impuesto mínimo global?
El país puede enfocarse en ofrecer incentivos no fiscales, como un entorno empresarial estable, fuerza laboral calificada, infraestructura de calidad y acceso a mercados.
También es clave la innovación y el desarrollo de sectores especializados, sin dejar de lado el tema de la seguridad nacional y la estabilidad y seguridad jurídica.