En lo que va de este año, el Ministerio de Hacienda ha vendido $700 millones en total al Banco Central de Costa Rica (BCCR) para financiar gasto corriente.
La última operación la realizó el martes anterior cuando vendió $100 millones provenientes de los depósitos que mantiene en la entidad monetaria.
El 17 de setiembre anterior, ya había vendido $200 millones. Previamente, el 26 de agosto, hizo otra operación por $50 millones. A principios de año, efectuó otras dos operaciones: $100 millones el 29 de enero y $250 millones el 22 de febrero.
En total, durante este año, el Gobierno ha vendido $700 millones al BCCR. En 2023, la suma ascendió a $310 millones.
El economista Norberto Zúñiga, socio consultor de la firma Ecoanálisis, explicó que desde la perspectiva del Banco Central esas operaciones no afectan el monto de las reservas monetarias internacionales, aunque sí modifican su composición.
Se incrementan las reservas monetarias propias de esa entidad al reducir el pasivo con Hacienda, pero al mismo tiempo se aumenta la emisión monetaria. Si el BCCR necesitara absorber esa liquidez para evitar presiones inflacionarias, deberá colocar bonos de estabilización monetaria, lo que conlleva costos financieros y mayores pérdidas.
Esas transacciones evidencian, además, que el Gobierno ha obtenido una cantidad de dólares superior para cumplir con sus obligaciones en esa moneda, sostuvo Zúñiga.
“Esto le permitió rechazar préstamos externos de apoyo presupuestario por poco más de $400 millones ofrecidos por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) a tasas de interés atractivas”, opinó el experto.
Como ha contado con un excedente de dólares, el Gobierno ha optado por mantenerlos depositados en el BCCR sin generar intereses, lo que ha incrementado la carga financiera.
El economista manifestó que esa estrategia no es recomendable porque endeudarse en dólares más allá de lo necesario no refleja una acertada gestión de pasivos.
“Asimismo, no es aconsejable recurrir a la deuda en dólares para cubrir obligaciones corrientes en colones. Lo ideal es que los préstamos externos se destinen a financiar gastos de capital e inversiones que generen ingresos para su repago futuro”, mencionó.
Desde una perspectiva financiera, esta situación también incrementa el riesgo cambiario porque los ingresos del Gobierno vinculados al tipo de cambio son limitados.
“Al estar el tipo de cambio tan apreciado, el Gobierno recibe menos colones por cada dólar, en el fondo está materializando una pérdida cambiaria”, advirtió.
También, desde un enfoque macroeconómico, implica un aumento en la oferta de dólares, lo que impacta en la apreciación del tipo de cambio, uno de los precios macroeconómicos más relevantes para una economía pequeña y abierta como la costarricense, concluyó el economista.