Róger Madrigal, presidente del Banco Central de Costa Rica, recibió un aluvión de críticas de diversos diputados este lunes en el plenario legislativo debido a la influencia de la política monetaria en el tipo de cambio.
El jerarca de la entidad monetaria se sometió a un interrogatorio de legisladores de diversos partidos políticos, después de presentar el informe anual de labores del Banco Central (BCCR). Madrigal pudo responder algunas consultas sobre la evolución del precio del dólar, pero no algunas afirmaciones de congresistas, lo cual provocó un visible malestar en el funcionario.
Eliécer Feinzaig, del Partido Liberal Progresista, afirmó que la verdadera meta de la política monetaria del Banco Central es tener el dólar en ¢500. “El Banco Central no le está apuntando a la inflación (como meta), sino que le está apuntando al tipo de cambio. ¿A quién le sirve eso? A los banqueros, a la gente rica que puede traer dólares y cambiarlos a colones y tener una doble ganancia por los altos intereses y la apreciación cambiaria”, apuntó.
El legislador también consideró que el actual nivel del tipo de cambio favorece a quien tiene créditos en dólares. Pero perjudica, añadió, a los deudores en colones; a las empresas turísticas y exportadoras, por la merma en sus ingresos, y a quienes perdieron el empleo en esos sectores.
Feinzaig subrayó que el otro gran afectado por el nivel del dólar es el Ministerio de Hacienda. “La recaudación del impuesto sobre la renta cayó ¢300.000 millones en los primeros nueve meses de este año, en buena parte por las pérdidas cambiarias de las empresas y las personas", argumentó.
Para la liberacionista Paulina Ramírez, hay una volatilidad del precio de la divisa, pues durante este año el tipo de cambio de referencia se ubicó entre ¢498 y ¢535. y el de venta entre ¢503 y ¢540. “Hay grandes desafíos para quienes dependen de esta medida cambiaria. Al Banco Central le corresponde tomar las decisiones para influir en el tipo de cambio porque afecta a todos los costarricenses, pero solo favorece al sector importador”, dijo.
Ramírez opinó que el BCCR actúa de manera coordinada con el Gobierno Central para reducir la inflación y mantener un tipo de cambio artificial que permita ahorros en el servicio de la deuda.
Madrigal negó que exista una relación con el Ministerio de Hacienda para sostener un determinado nivel del tipo de cambio. “No existe esa relación. Pueden revisar las actas (de la Junta Directiva del Banco); son públicas. El ministro de Hacienda (Nogui Acosta) ni siquiera asiste”, afirmó.
Sobre el efecto en la economía del valor de la divisa, el presidente del BCCR sostuvo que el tipo de cambio es un resultado del funcionamiento de la economía en atracción de inversión directa y turismo. “El tipo de cambio es el resultado del éxito de Costa Rica como exportador y el cambio del modelo productivo", sostuvo.
Además, negó que el Banco Central tenga como objetivo estabilizar el tipo de cambio, sino que la divisa logre su equilibrio con la menor intervención de la institución.
Ramírez consultó al funcionario si la institución no iba a intervenir el mercado cambiario para equilibrar el precio de la divisa. Madrigal respondió que la legislación establece cuándo el BCCR puede actuar: “No estamos en esa situación”, dijo.
La normativa cambiaria dictada por el ente emisor actúa cuando hay fluctuaciones violentas de la divisa en el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex).
“El Banco no ha hecho intervenciones frecuentes para moderar la volatilidad del tipo de cambio. La volatilidad, a pesar de lo que se diga, es baja. El Banco ha comprado reservas; si no lo hubiera hecho, el tipo de cambio estaría más bajo”, respondió Madrigal a una consulta del verdiblanco Gilberth Jiménez.
Por último, el socialcristiano José Alejandro Pacheco preguntó a Madrigal si el rápido endeudamiento en dólares del Gobierno, mediante créditos de apoyo presupuestario y eurobonos, tendrá un efecto en el valor de la divisa.
El jerarca dijo que, de manera inmediata, ninguna, porque los dólares se depositan en las cuentas del BCCR y no se dirigen al mercado cambiario, y en el futuro se deprimirá la demanda de divisas del sector público no bancario.