El II Informe Macroeconómico 2025: evolución económica y desafíos fiscales, del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional (UNA) señala que la realidad fiscal del país ha entrado en el terreno de la incertidumbre.
De acuerdo con el reporte, mientras que los ingresos fiscales con respecto al PIB crecen a menor ritmo (representarían un 7.3% del PIB en el 2025 frente a un 7.9% en el 2022), la recaudación tributaria ha perdido su dinamismo en sus dos principales fuentes: el impuesto a los ingresos y utilidades (renta) y el de Valor Agregado (IVA).
Por ejemplo, en renta, la proyección de crecimiento este año se sitúa en 0.8%, mientras que en el 2021 fue de hasta un 30.1%. Similar situación reporta el IVA, cuyo porcentaje de incremento se ubicaría en un 3.9% versus un 36% hace cuatro años.
“Esa combinación entre ingreso y gasto, que en el 2002 le permitió a Costa Rica alcanzar un superávit primario (sin considerar el pago de intereses de la deuda) equivalente a un 2.1% del PIB, es un colchón que se desinfla. En el 2024 fue de un 1.1% y bajaría al 1% este año.
Incluso hay situaciones al respecto que pueden encender una alerta. Durante el primer trimestre del año, hubo dos meses que, en vez de superávit primario, más bien se registró un déficit (-0.1% en febrero) y (-0.04% en mayo). Este retroceso evidencia la vulnerabilidad de las finanzas públicas ante una recaudación débil y un gasto rígido”, reseña el informe.
Considerando lo anterior, el Cinpe estima que este 2025 el crecimiento en la producción oscilaría entre un 3% (escenario pesimista) y 3.6% (optimista), mientras que las tasas de interés tendrían un límite inferior del 3.5% y superior del 4%, con una inflación entre 0% y 1%, por lo que este año no se alcanzaría el rango meta definido por el Banco Central de Costa Rica (2%-4%).
Otro de los factores que puede generar un desequilibrio se relaciona con los aranceles. Aunque el país ha venido creciendo en materia de exportaciones, principalmente aquellas de los sectores vinculados con el régimen especial (como las zonas francas), el informe denota una preocupación por la sostenibilidad de este impulso en el mediano plazo.
“La reciente instauración de aranceles adicionales (de un 10% a un 15%) genera un riesgo de una desaceleración en las ventas externas. A ello se suma que parte del crecimiento registrado en los primeros meses de 2025 podría estar asociado con una acumulación de inventarios y no con un aumento estructural de la demanda”, destaca el estudio.
Lo anterior se explica porque la región de Norteamérica aumentó en el primer trimestre de 2025 la importación de bienes y servicios en un 19% (la mayor del mundo), como una forma de tener más inventarios y evitar el aumento en el costo por los aranceles.
Finalmente, el II Informe Macroeconómico lanza una alerta adicional: la economía costarricense se está dividiendo cada vez más entre el régimen especial y el definitivo (que concentra la gran mayoría de empresas del país).
Mientras que el primero registra crecimientos en áreas como la manufactura, actividades científicas, de información y financieras, las segundas permanecen estancadas (construcción, alojamiento y servicios de comida) y agricultura, lo que provoca un aumento de la brecha entre ambos con miras a que continúe expandiéndose.