Empresarios y expertos hicieron un llamado urgente a los diputados y autoridades para simplificar y fortalecer los marcos regulatorios para combatir el comercio ilícito de manera más efectiva y proteger a la economía formal, la seguridad y la salud de la población.

Así lo manifestaron en un foro sobre simplificación tributaria para estimular la economía formal en el que analizaron el crecimiento del comercio ilícito y su impacto en Costa Rica que organizó la Cámara de Comercio Británico-Costarricense (Britcham).

“El combate al comercio ilícito es una tarea que exige el trabajo coordinado de diversos sectores. Esto es parte de lo que nos impulsa a realizar encuentros como este foro”, dijo Julio Lizano, presidente de la Junta Directiva de Britcham.

Según datos del Observatorio de Comercio Ilícito de la Cámara de Comercio de Costa Rica, el comercio ilícito en sus diferentes modalidades afecta a múltiples sectores de la sociedad costarricense. Se estima que su impacto económico asciende a ¢1 billón anuales, lo que equivale al 2,6% del Producto Interno Bruto (PIB) y al 10% del consumo de los hogares.

La falta de marcos regulatorios fuertes y la complejidad del sistema tributario son factores clave que facilitan la expansión de estas redes de crimen organizado en Costa Rica y la región centroamericana.

El diputado Eliécer Feinzaig, del Partido Liberal Progresista (PLP), sostuvo que los sistemas tributarios excesivamente complejos, con muchos impuestos, tasas altas y escalonadas e infinidad de exenciones fomentan la evasión y la elusión, y constituyen un incentivo para el comercio ilícito. Esto genera menor recaudación, menor seguridad para los consumidores y contribuyen a la proliferación del crimen organizado.

“La falsificación, piratería y la venta ilegal de productos suponen miles de millones de dólares en ingresos perdidos para los gobiernos en materia de impuestos, socavan los negocios legítimos y dejan a los consumidores expuestos a productos mal fabricados y no regulados, con consecuencias potencialmente graves para la salud. El comercio ilícito es un reto mundial que debe abordarse mediante un enfoque coordinado y polifacético a escala internacional”, manifestó el embajador del Reino Unido en Costa Rica, Ben Lyster-Binns.

Alejo Campos, director regional de Crime Stoppers CBLA e invitado especial al foro, advirtió que detrás del comercio ilícito, especialmente del contrabando y de las falsificaciones/adulteraciones, existe una red del crimen organizado transnacional que opera en todos los países de la ruta, asociada con estructuras criminales nacionales.

“Ellos controlan una cadena logística, con la colaboración de actores de la corrupción en un sistema de economías ilícitas que incluye delitos conexos como el blanqueo de capitales, el narcotráfico, las asociaciones ilícitas y hasta el terrorismo”, agregó.

Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que en Centroamérica el comercio ilícito representa entre el 3% y el 5% del PIB. En Guatemala y El Salvador, este tipo de comercio ha llegado a representar hasta el 40% del mercado de ciertos productos, como los cigarrillos y las bebidas alcohólicas.

En Costa Rica, la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) ha señalado que el contrabando de productos ilegales, particularmente medicamentos y alimentos, ha crecido en un 30% en los últimos tres años.

“El comercio ilícito en Costa Rica ha alcanzado niveles intolerables. Las medidas basadas en controles y fiscalización en los puntos de venta han demostrado ser insuficientes para abordar esta problemática. Es crucial que dirijamos nuestros esfuerzos hacia la facilitación del comercio y la reducción de la carga burocrática y tributaria sobre las empresas. Esta estrategia representaría una manera más eficiente de fomentar la formalización, sin la necesidad de emplear grandes recursos fiscales,” comentó Ricardo Carvajal, asesor económico de la Cámara de Comercio de Costa Rica (CCCR).