Banco Central avanza hacia monedas más seguras y compactas este 2025

El Banco Central de Costa Rica (BCCR) acelerará en el 2025 el proceso de modernización del cono monetario, conformado por las monedas que circulan como medio de pago en el país.


El objetivo es transformar todas las piezas en versiones más compactas y con mayores medidas de seguridad.


Actualmente circulan monedas en denominaciones desde los ¢5 hasta los ¢500. A partir de la denominación de ¢10, el Banco Central las emite con regularidad y las distribuye por medio de la banca comercial.


El cono monetario es un conjunto de denominaciones de billetes y monedas emitidos por una autoridad monetaria que están en circulación en una economía y representan los medios legales de pago disponibles para transacciones. En Costa Rica, este comenzó a renovarse en el 2021 con un plan de modernización administrado por el BCCR.


Juan José Leiva, director del Departamento de Emisión y Valores de la entidad, explicó que se busca mayor seguridad y eficiencia.


“El 2025 va a ser un año clave para la circulación del nuevo cono monetario; esperamos que todas las emisiones que se hagan incluyan los nuevos diseños, desde los ¢10 hasta los ¢500”, dijo Leiva. Destacó que durante ese año “convivirán” piezas de dos conos monetarios diferentes.


Con el cambio se reduce el tamaño de las monedas, se utilizan materiales modernos en su fabricación y se tendrán mayores medidas de seguridad.



La primera moneda incluida en el plan fue la de ¢500, que disminuyó su diámetro de 33 a 28 milímetros (mm). Esta denominación es la única bimetálica, con tonalidades dorada y plateada. “Esto incrementa la seguridad en nuestra moneda de más alta denominación”, destacó Leiva.


Actualmente, las monedas de ¢500 acuñadas antes del 2020 y las emisiones posteriores son válidas como medio de pago.


Se prevé que en el 2025 el BCCR anuncie el retiro de las emisiones antiguas para masificar el uso de las nuevas. Además, la entidad informará las fechas en que los diseños anteriores dejarán de funcionar como medios de pago.


Leiva también señaló que la moneda dorada de ¢500 es una de las más grandes del mundo, lo que dificulta su manejo logístico. “A nivel de costos y logística es más difícil manejarlas, la reducción del diámetro dará más facilidad”.


El programa de modernización incluye colecciones conmemorativas. En el caso de las monedas de ¢500 en el anverso se muestra su denominación, mientras que el reverso destaca conmemoraciones históricas.


Desde el 2021 se han emitido cuatro monedas conmemorativas tanto para colección como para circulación: la del Bicentenario de la Independencia en el 2021, las alusivas a los 175 años de la Fundación de la República y los 75 años de la Abolición del Ejército (en el 2023), y la de los 200 años de la Anexión del Partido de Nicoya en julio pasado.


Actualmente hay unos 70 millones de piezas de la moneda dorada de ¢500 en circulación y 22 millones de las nuevas emisiones bimetálicas.


Nuevas monedas de ¢50 cada dos meses


En noviembre pasado se lanzó la primera moneda coleccionable de ¢50 y su respectiva emisión para circulación. Tiene un diámetro de 24,5 mm y es plateada. La versión anterior, dorada, sigue en uso, aunque se retirará progresivamente conforme se masifique la nueva emisión, apuntó Leiva.


El funcionario explicó que, desde enero del 2025, cada dos o tres meses se emitirán nuevos diseños de monedas coleccionables de ¢50 alusivas al patrimonio natural, con sus respectivas emisiones para transacciones. Actualmente, circulan 150 millones de piezas del cono anterior y un millón de la nueva versión.


El programa de colecciones también abarca monedas de ¢25 y ¢100. La de ¢10 se excluyó debido a un análisis constante del BCCR sobre mantener su emisión, pero sí forma parte de la nueva versión del nuevo cono. Esta moneda será plateada, actualmente hay 800 millones de piezas de esta denominación en circulación.


Para las monedas de ¢100 se planean seis diseños dorados alusivos al patrimonio cultural. Actualmente, circulan 300 millones de estas piezas.


En el caso de las monedas de ¢25, se programó una colección de siete diseños dorados alusivos a sitios emblemáticos de cada provincia. En circulación hay 200 millones de piezas del cono actual.


La moneda de ¢25 dejó de emitirse en el 2020 debido a su alto costo de fabricación, estimado en ¢10 por pieza, explicó Leiva.


A pesar de esto, más de 735 millones de piezas siguen siendo válidas como medio de pago. El BCCR analiza si continuará permitiendo su circulación. Esta denominación no forma parte del programa de modernización del cono monetario.


La moneda de ¢1 dejó de emitirse en 1998 y se calcula que aún circulan 15 millones de piezas.


El expresidente del BCCR Eduardo Lizano destacó la importancia de garantizar la seguridad en las transaccionesa a través de la modernización del cono monetario. Minimizó el impacto de discontinuar ciertas denominaciones, argumentando que se trata de valores de uso limitado. “Así ha sucedido desde hace 25 años, eso es inevitable porque no tiene mucho sentido que estén circulando”, afirmó.


Por su parte, el economista Félix Delgado subrayó que la introducción de nuevas denominaciones depende del comportamiento de la inflación.


No considera necesaria la emisión de monedas de mayor denominación ni prevé cambios en los billetes, cuyo rango actual oscila entre ¢1.000 y ¢20.000, también porque hay más uso de los sistemas digitales en las transacciones.

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