La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR) acordó, en sesión de este jueves 18 de enero, disminuir su tasa de política monetaria (TPM) a 5,75% a partir del viernes 19, desde el 6% en el cual se encontraba desde finales de diciembre anterior.
La decisión del ente emisor se tomó luego de que la inflación en Costa Rica, medida por el índice de precios al consumidor (IPC), cerrara el 2023 en negativo. El indicador viene en desaceleración desde agosto del 2022.
La tasa de política monetaria es una de las herramientas que tiene el Banco Central para influir sobre la economía y, por lo tanto, también influye sobre sus ahorros, las cuotas de sus créditos y hasta lo que usted consume. Se le denomina también “tasa de referencia”.
En la decisión de este jueves, el ente emisor señaló que la Junta Directiva continuará la senda hacia la neutralidad de su política monetaria en el mediano plazo, aunque destacó que lo hará siempre y cuando las circunstancias lo permitan.
“Los cambios en la TPM han de ser graduales y prudentes, de manera que sea posible reaccionar oportunamente y en la dirección que corresponda, si las condiciones macroeconómicas y la valoración de los riesgos así lo requieren”, manifestó el Banco Central en un comunicado.
El Banco inició, desde marzo del año pasado, un proceso de reducción de la TPM. La tasa alcanzó un máximo del 9% e ingresó al 2024 en 6%. Con el ajuste reciente, el indicador se situará en 5,75% hasta el 15 de marzo.
En el 2022, a raíz del incremento acelerado en la inflación, el ente emisor aumentó la TPM, al igual que otros bancos centrales del mundo, con el fin de que el indicador retorne a su rango meta, de entre 2% y 4%.
Argumentos
En el comunicado, la entidad monetaria sostuvo que entre los factores evaluados para reducir su tasa de referencia en 25 puntos base estuvo el efecto de las medidas restrictivas de política monetaria y la apreciación de la moneda local frente al dólar.
El ente emisor añadió que la inflación general fue negativa por sétimo mes consecutivo, mientras que la inflación subyacente (excluye energía y alimentos) continúa en valores positivos, pero bajos. Ambos se ubican por debajo del rango de tolerancia del BCCR.
Según el Banco Central, el comportamiento de la inflación durante los últimos meses es consecuente con la disipación de los choques de oferta externos, entre los cuales destacan la reducción en los precios de las materias primas.
La autoridad monetaria añadió que las expectativas de inflación de la encuesta que aplica el Banco Central, así como las estimadas con base en la negociación de títulos públicos en el mercado financiero costarricense, continúan dentro del rango de tolerancia.
Sin embargo, dentro de sus proyecciones el Banco Central señaló que la inflación negativa tendrá una persistencia mayor a la estimada inicialmente. El indicador se mantendrá negativo en el primer trimestre del año y entrará en su rango meta hacia finales del 2024.
No obstante, la autoridad monetaria resaltó que persisten riesgos inflacionarios al alza y a la baja, tanto de índole externo como local, cuya materialización podría desviar el resultado de inflación de la senda proyectada.
En relación con los riesgos a la baja, señalaron un crecimiento económico menor al previsto de los principales socios comerciales del país, motivados por la intensificación de las tensiones geopolíticas y una política monetaria que se ha prolongado más largo de lo esperado.
Entre los riesgos al alza, están posibles choques de oferta y la fragmentación del comercio, vinculados con fenómenos climatológicos y conflictos geopolíticos, principalmente, en el mar Rojo, que generaron incrementos en el precio de los servicios de transporte marítimo.
A nivel interno, destacaron como un riesgo al alza una eventual recomposición del portafolio de instrumentos financieros, cuya materialización podría incrementar las expectativas de variación cambiaria y, por ende, las de inflación.
Este panorama actual “amerita mantener la prudencia con respecto a los cambios en la TPM”, según el Banco Central.