Al considerar que las empresas en zonas francas solo generan bienestar para el país, los diputados del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) anunciaron su oposición total a la posibilidad de eliminar las exoneraciones que recibe ese sector de la economía.
Por el contrario, se debe pensar en incentivos, de manera tal que haya más inversión extranjera directa y más empleos.
“El modelo de zonas francas en el país ha sido exitoso y un motor importante en la generación de empleo. No vamos a permitir que atenten con más impuestos en momentos donde lo que se necesita es mejorar las condiciones de las zonas francas para que más empresas vengan a invertir a Costa Rica”, dijo Alejandro Pacheco, jefe del PUSC.
La semana pasada, Nogui Acosta, ministro de Hacienda, alertó de la necesidad de hablar de impuestos para las zonas francas.
Durante una entrevista con Radio Columbia, el funcionario destacó que el sistema tributario actual es injusto.
"Nosotros estamos en un momento adecuado para analizar el marco tributario. Estamos estables. Todas las discusiones de reformas fiscales se han hecho en medio de crisis. Ahora, podemos hacer una discusión más reposada, ese análisis en relación con la conveniencia de las exoneraciones en zonas francas, pero no desde un punto de vista recaudatorio, no es agregar recaudación, es como equilibramos la balanza entre quienes soportan hoy los impuestos y quienes los soportarían a futuro. Este país tiene una particularidad y es que tiende a exonerar actividades dinámicas que pueden necesitar ese impulso durante un cierto tiempo, pero que deberían desaparecer esos incentivos", mencionó Acosta.
Las zonas francas crecen a buen ritmo, generando empleo, mientras que el régimen definitivo se encuentra estancado y no brinda mayores oportunidades laborales para todos los sectores, según señaló el Estado de la Nación en su último informe dado a conocer en noviembre.
La economía de Costa Rica experimentó en 2022 un crecimiento aproximado del 4,3%, similar al promedio del periodo 2005-2019.
Sin embargo, tras esta aparente "normalización" postpandemia, se esconde una creciente disparidad productiva y laboral, especialmente visible en la economía tradicional y las regiones periféricas del país, indicaron los investigadores.
"La producción muestra dos caras: por un lado, el régimen especial, compuesto principalmente por empresas en zonas francas ubicadas mayoritariamente en la Gran Área Metropolitana (GAM), que creció un 11,9% en 2022. Por otro lado, el régimen definitivo, que engloba la mayor parte del tejido empresarial del país, creció un 3,4% el año pasado", destacó el informe.
La investigación ha venido resaltando esta dualidad desde hace varios años, advirtiendo que el sector de la economía que más empleos genera y más aporta al Producto Interno Bruto (PIB) es el que menos crece.
"El problema es que este crecimiento es insuficiente para despegar en materia de empleos y también para mejorar el dinamismo de la recaudación tributaria. Las empresas fuera de las zonas francas tienen una tasa de sobrevivencia muy inferior a las empresas que gozan de beneficios. Recordemos además que en el 2022 el régimen definitivo compuso el 87% del PIB y el especial, el 13%", dijo Pamela Jiménez, Coordinadora del Capítulo Económico del Estado de la Nación 2022.