Pese a que la producción en Costa Rica tiene un crecimiento mensual del 3,6%, con una proyección anual del 4,4%, ésta se desacelera de forma sostenida por el peso de un débil sector construcción que ya muestra cifras negativas en su producción -un -3,1%- y producto de la poca inversión pública.
Así lo muestra el índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) de febrero, publicados por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) el día de ayer, que coincide con un estudio trimestral del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
El país ha experimentado un rápido crecimiento de la economía que trata de ubicar la economía en las cifras de 2019, previas al golpe de la pandemia, con la llegada de varias multinacionales estadounidenses que trasladaron sus operaciones de países como China.
“Hay ciclos económicos y el ciclo de crecimiento que vivió Costa Rica coincide con mecánicas globales. Estos traslados fueron de empresas de manufactura médica y servicios en el caso de Costa Rica y en otros países, como México, de automotrices y aceleró el crecimiento de forma muy acelerada en las zonas francas durante dos o tres años”, explicó el economista Leiner Vargas.
A la natural desaceleración de este ciclo económico se le suma la caída del sector construcción, una actividad que participa de forma importante en los resultados del Producto Interno Bruto (PIB) del país y que ha sufrido -principalmente- por las altas restricciones a la inversión pública a raíz de la regla fiscal.
“Decretamos que la economía no se va a expandir con la regla fiscal en materia pública y la ecuación resulta cada vez más negativa. A pesar de que nuestro nuevo ministro de Transportes dijera que va a inaugurar una obra por semana, a la ecuación no le hace efecto que inauguren otro puente bailey, sino que requiere inversiones fuertes: nuevos hospitales, la carretera a San Ramón, un buen plan de vivienda…” comentó.
Además de influir de forma importante los resultados del PIB, el sector construcción tiene importantes encadenamientos, por lo que acelera el comercio interno y el transporte, y por lo tanto motiva la creación empleo en el corto plazo, explicó Vargas, y actualmente es la herramienta -por medio de inversión social- que tiene el Poder Ejecutivo para estimular el crecimiento económico en el país.
Vargas descartó que la caída histórica del dólar influyera de forma importante en la desaceleración, ya que aunque el sector exportador parece desacelerarse no lo hace de forma importante y aún presenta crecimiento.