En el arranque del período de sesiones extraordinarias, el presidente Rodrigo Chaves, ha puesto sobre la mesa de discusión el proyecto de reforma al impuesto de renta.
El expediente legislativo fue presentado hace un año por Nogui Acosta, ministro de Hacienda.
El plan propone una reestructuración radical al gravamen sobre los ingresos de las personas físicas, al validar una globalización de los mismos para que las personas tributen sobre el total de sus ingresos, ya sea provenientes de salarios o de otras actividades lucrativas, en lugar de hacerlo de forma separada como se hace actualmente.
De esta forma, un asalariado, que da clases en su tiempo libre en una universidad y cuenta con un alquiler, tendrá que unir todos sus ingresos para calcular el pago de sus impuestos al Ministerio de Hacienda.
En las sesiones extraordinarias, el Poder Ejecutivo tiene la potestad de determinar qué proyectos de ley debatirán los diputados.
La propuesta mantiene una exención para ingresos por debajo de una base mínima vital establecida en ¢10,1 millones al año, además de considerar ciertas deducciones, como las relativas a cónyuges e hijos.
Además, de aprobarse esta iniciativa, las micro, pequeñas y medianas empresas se verían afectadas por un aumento en el impuesto de renta, pasando a pagar un 30% de las ganancias anuales, en lugar del esquema actual que varía según el nivel de utilidades, oscilando entre el 5% y el 20%.