El Gobierno de la República prevé que sus tres principales fuentes de ingresos tributarios no aumenten el próximo año como porcentaje de la producción, según las estimaciones incluidas dentro del proyecto de ley de Presupuesto Nacional 2025.
En el documento, respaldado por una certificación de Ingresos de la Contraloría General de la República (CGR), se estima que el impuesto sobre los ingresos y las utilidades (renta), el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el impuesto único a los combustibles mantendrán niveles similares, con una tendencia a la baja, en 2025, en comparación con las previsiones del Ministerio de Hacienda para 2024.
Estos tres tributos son los más significativos en cuanto a ingresos para el Gobierno Central. En conjunto, representaron el 83,4% del total recaudado en 2023, mientras que en el acumulado hasta junio de 2024 alcanzaron el 83,9%. En el primer semestre de este año, el impuesto sobre la renta aportó el 37,3% de la recaudación, el IVA el 36,2%, y el Impuesto Único a los Combustibles el 10,4%.
Se anticipa que la recaudación del impuesto sobre la renta y del Impuesto Único a los Combustibles disminuya levemente, de 4,94% del producto interno bruto (PIB) a 4,91%, y de 1,27% a 1,20%, respectivamente, lo que indica que sus ingresos crecerán a un ritmo menor que el de la economía nacional. Por otro lado, se prevé que el IVA permanezca en 4,84% el próximo año, lo que significa que su recaudación crecerá al mismo ritmo que la economía.
Norberto Zúñiga, economista de Ecoanálisis y la Academia de Centroamérica, comentó que la relación entre la recaudación y el PIB permite evaluar la capacidad del Gobierno para generar ingresos en relación con el crecimiento económico del país. Esta métrica mide la carga fiscal, es decir, cuánto de la producción económica total se captura por medio de impuestos.
Este especialista añadió que, aunque se proyecta estabilidad en la recaudación de estos tributos, cualquier cambio en el contexto económico podría modificar los ingresos esperados, que se estiman muy similares como porcentaje del PIB en 2025 respecto a 2024.
Por su parte, Germán Morales, socio director de Grant Thornton, recordó que el PIB podría crecer más rápido que la recaudación debido a sectores exentos de estos impuestos, como las zonas francas.
Existen otras explicaciones, ajenas al desempeño de la economía, detrás del comportamiento de la recaudación. Uno de ellos es que la capacidad para generar ingresos de la reforma tributaria aprobada hace casi seis años se está comenzando a agotar.
José Luis Arce, economista y director de Análisis y Estrategia en FCS Capital, está entre quienes consideran que los efectos de la reforma fiscal de 2018, que incrementaron la recaudación, ya se agotaron. Desde entonces no se han aprobado nuevos tributos. Como resultado, es “natural” que la recaudación se mantenga a un ritmo similar al del PIB. Sin embargo, advirtió de que la recaudación podría disminuir debido a que las personas encuentran más formas de no pagar los tributos a medida que madura una reforma tributaria.
Además, señaló que el ciclo político y electoral de 2026 podría generar incertidumbre económica, afectando factores como el tipo de cambio o el consumo, lo que finalmente influiría en los niveles de recaudación.
La Nación envió consultas al Ministerio de Hacienda para que profundizara sobre cómo esta disminución de la carga fiscal en esos tres tributos afectaría al fisco, así como las causas de un crecimiento más acelerado de la economía por encima de la recaudación. Se está a la espera de la respuesta.
IVA, renta y combustibles: así se comportará cada impuesto
Aunque la proyección presupuestaria indica que la carga fiscal de los tres principales tributos no crecerá, se espera un crecimiento absoluto en términos monetarios, que varía según el impuesto.
El impuesto sobre los ingresos y utilidades se proyecta que pase de ¢2.425.619,4 millones en 2024 a ¢2.577.415,4 millones, en 2025. Según la exposición de motivos del Presupuesto Nacional de 2025, basada en previsiones del Banco Central de Costa Rica (BCCR), se espera un crecimiento económico similar al de 2024. No obstante, se prevé que la inflación se acerque al 3% (meta del BCCR), y se espera que la apreciación del tipo de cambio ceda.
Según Zúñiga, durante el 2025 las empresas que más seguirán aportando crecimiento a la economía serán aquellas exentas del pago de renta, por lo que la producción aumentará a un mayor ritmo. Lo anterior se verá reflejado en una caída como porcentaje de la producción.
Sin embargo, Morales alertó que, si se mantiene un tipo de cambio bajo, muchas empresas podrían no generar utilidades este año, afectando la recaudación del impuesto en marzo, así como los pagos parciales. Además, dijo que las rentas de capital, que aplican sobre alquileres de vivienda, locales o vehículos que en gran parte se hacen en dólares, tampoco crecerían si el precio del dólar se mantiene bajo durante el próximo año.
Nogui Acosta confirmó que para el presupuesto 2025 se utilizó un tipo de cambio de ¢517 por cada dólar, con base en una estimación realizada por el BCCR.
En cuanto al IVA, se proyecta que aumente de ¢2.379.924 millones a ¢2.539.365 millones entre 2024 y 2025. De los tres principales tributos, este es el que más crecería nominalmente, en ¢159.441 millones. El IVA tiene un componente interno y otro de aduanas. Para 2025, el interno representaría el 62,5% del total, y el de aduanas, el 37,5%.
Morales acotó que el IVA ya no crecerá a los ritmos anteriores, pues las reformas fiscales de 2018 ya se implementaron en su totalidad. Sin embargo, Arce prevé que el IVA es el tributo con mayor potencial de crecimiento, dado que se espera que las tasas de interés bajen y se incentive el consumo; además destacó que el documento de exposición de motivos puede estimar que el consumo entrará en un proceso de normalización este y el próximo año, después del pico alto en 2023.
“El crédito crece, el tipo de cambio está bajo, la inflación está moderada (...) Todo es un buen entorno para que el consumo crezca bien. Por eso creo que el IVA es un tributo que tiene la posibilidad de estar creciendo a un buen ritmo”, dijo Arce.
Por último, en el impuesto único a los combustibles, tanto el BCCR como la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) proyectan una disminución en las ventas de combustible destinadas a generación térmica, lo que resultaría en una recaudación estimada de ¢630.000 millones en 2025, respecto a los ¢624.750 millones de 2024.
Este tributo aplica sobre los hidrocarburos producidos localmente y los importados, con una tarifa por litro que se actualiza trimestralmente según las variaciones en el índice de precios al consumidor (IPC). Esto significa que la recaudación no depende del precio del combustible o del tipo de cambio, sino de la inflación y del consumo. En ese sentido, Zúñiga destacó que se prevé que la inflación crezca hasta acercarse al 3% en el segundo trimestre del próximo año, por lo que la caída se deberá al consumo de hidrocarburos respecto al PIB.
Arce señaló que, además, este tributo tiene la particularidad de que su recaudación no depende directamente del esfuerzo fiscalizador de Hacienda. Añadió que el país debe considerar alternativas para este ingreso, ya que los ingresos que obtiene podrían mermar con el tiempo debido a la transición energética global.
En cuanto a la recaudación de IVA y renta, este mismo economista afirmó que se podría mejorar con la eliminación de exoneraciones a servicios como la educación o la salud privada. Además, mencionó que la implementación del Impuesto Mínimo Global podría mejorar la recaudación de renta en unos años, aunque sería un proceso gradual.