El notable deterioro en la recaudación tributaria del Gobierno Central comprometerá la sostenibilidad de la deuda pública y cerrará las puertas a mayor inversión social.
Así lo advierte el IV Informe de Proyecciones Macroeconómicas 2025 y Análisis del Mercado Laboral en Costa Rica realizado por el Centro Internacional de Política Económica (Cinpe) de la Universidad Nacional (UNA).
El estudio destaca que al cierre del primer semestre de 2024 el balance primario del Gobierno Central cerró en 0,9% del Producto Interno Bruto (PIB). Esto representa una reducción de 0,46 puntos porcentuales (p.p.) del valor registrado en el mismo periodo de 2023.
Este resultado se explica por la disminución en los ingresos tributarios del Gobierno (0,3% del PIB), principalmente en la del impuesto a la propiedad de los vehículos y en la del impuesto de renta de las sociedades jurídicas, y por un aumento en el gasto primario (0,25% del PIB), que aunque tuvo algunos componentes de naturaleza transitoria, como el incremento en el salario base retroactivo de los funcionarios públicos, ejerce presión en el balance primario.
Si a esto se suma, el gasto por el pago de intereses de la deuda pública, el balance financiero totaliza un déficit (diferencia entre ingresos y gastos del Gobierno) de 1,5% del PIB al cierre del primer semestre de este año. En el mismo periodo del año anterior, ese dato alcanzó un déficit en promedio de 1% del PIB.
Entre las principales causas de la reducción en la recaudación fiscal, no solo está la apreciación del colón que incide sobre los ingresos aduaneros, sino también la acumulación de créditos fiscales y las aprobaciones hechas por la Asamblea Legislativa para exonerar a ciertas actividades o sectores del pago de impuestos.
De acuerdo con el informe del Cinpe-UNA, es importante comprender con mayor detalle el impacto que tendrá el deterioro en la recaudación fiscal sobre la sostenibilidad de la deuda pública.
“Veníamos de años donde se notaba una mejora en la deuda del país, pero para este 2024 se espera un deterioro producto de la menor recaudación fiscal. Este es un tema de poner mucho cuidado, mucho ojo en los próximos años porque podría desacelerar o incluso desviar ese proceso de ajuste fiscal que iniciamos años atrás”, comentó Emmanuel Agüero, economista del Cinpe-UNA.
Golpe a meta
Según el escenario principal del Cinpe-UNA, el balance primario cerrará en 1,1% del PIB en 2024.
Esto llevará a la razón deuda/PIB a 62,4%, dato que supera en 1,0 p.p. al registrado en 2023 y revierte la tendencia de una deuda decreciente.
“Dentro de los principales determinantes, se destaca un contexto macroeconómico menos favorable para un proceso de ajuste fiscal, como es la desaceleración del crecimiento económico, la disminución en el balance primario y las menores presiones de inflación que se traducen en una mayor tasa de interés real”, menciona el análisis.
El escenario principal también implica que la razón deuda/PIB no estará por debajo del umbral del 60% este año, que ha sido una de las metas fiscales más importantes del Ministerio de Hacienda, sino hasta en 2026. Se prevé que en 2025 cerrará en 61,0% del PIB.
Esto implicará que el gasto en capital (inversión del Gobierno Central) seguirá sujeto al escenario más restrictivo de la regla fiscal, un tope al crecimiento del gasto público, y otros gastos corrientes del Gobierno continuarán congelados y sin poder tener aumentos.
“Por esa razón, la próxima administración no solo tendrá que continuar con el proceso de ajuste fiscal, sino también que manejar esa dinámica propia de la economía política, donde ya puede existir un deterioro social y político de dicho ajuste”, advierte el informe.
Otros escenarios
Además del escenario principal, el Cinpe-UNA también realizó dos escenarios alternativos, uno con un balance primario de medio punto del PIB menor que en el balance primario para 2024 y 2025, y otro con el balance primario necesario en 2025 para reducir la razón deuda/PIB en ese año por debajo del 60%.
En el caso de un deterioro mayor al esperado, implicaría que se postergue hasta el 2027 que la razón deuda/PIB esté por debajo del 60% generando más posibilidades de que grupos de presión busquen cómo salir de la cobertura de la regla fiscal y esto afectaría su aplicabilidad e impactaría en el ajuste fiscal.
En el segundo caso, el balance primario debe ser de 3,0%, lo cual parece poco probable por las condiciones macro fiscales actuales.
“De esta manera, el escenario macro fiscal del país si bien ha presentado una importante mejora en el periodo 2020 a 2023, en el año 2024 cerrará con una deuda mayor de lo esperado. Esto no quiere decir que las perspectivas fiscales sean negativas, ya que es clave comprender si el shock en los balances presupuestarios es de naturaleza transitoria o permanente”, señala el informe.
De ser el primer caso, en 2025 las cifras continuarán mostrando una mejoría, pero si el shock es permanente, la actual o próxima administración tendrán que valorar un ajuste fiscal adicional con la salvedad de que el espacio político es más limitado del que existía en 2018, cuando se aprobó la última reforma fiscal.