El Banco Central de Costa Rica (BCCR) comenzará una discusión para ajustar la meta de inflación de Costa Rica. El análisis del objetivo inflacionario se incluyó en el Plan Estratégico 2025-2030 del ente emisor.
Actualmente, la meta inflacionaria del Banco Central es de 3%, con un rango objetivo entre 2% y 4%, pues contempla una desviación de un punto porcentual hacia arriba o abajo.
De los últimos 60 meses, la inflación solamente estuvo en este rango en seis. Mientras que, a enero de 2025, sumó 21 meses consecutivos sin estar en este nivel. La última ocasión en que se situó en el rango meta fue en abril de 2023.
En su más reciente Informe de Política Monetaria (IPM), publicado el 31 de enero, el ente emisor dispuso para 2026 “evaluar los parámetros a partir de los cuales se define la meta de inflación, de acuerdo con las características de una economía pequeña y abierta como la costarricense, y la experiencia internacional en esta materia”.
En el Programa Macroeconómico 2016-2017, el Banco Central comunicó por primera vez su intención de mantener la inflación en 3% con un rango de tolerancia de un punto porcentual al alza o a la baja, lo que se mantiene en la actualidad.
Después de cuatro años con la misma meta inflacionaria, el ente emisor consideró en 2020 iniciar un proceso de análisis y consulta para evaluar la conveniencia de revisarla. Sin embargo, la pandemia de la covid-19 obligó a pausar esa discusión.
Róger Madrigal, presidente del Banco Central, explicó que en el más reciente IPM incluyeron un análisis para contribuir a la discusión sobre la revisión de la meta de inflación, así como para explicar la importancia de contar con un régimen así.
“Es una pequeña revisión de literatura contemporánea sobre ese tema. Vamos a entrar en esa discusión o reflexión nosotros, entonces para tener una motivación en la búsqueda de literatura”, manifestó Madrigal.
El Banco Central adoptó oficialmente el esquema de meta explícita de inflación para la conducción de su política monetaria en enero de 2018, aunque este marco se aplicó gradualmente con reformas tangibles desde octubre de 2006.
La autoridad monetaria realiza un anuncio público con un compromiso de alcanzar un objetivo para el indicador, el cual se fija a partir de la variación interanual del índice de precios al consumidor (IPC).
Su principal objetivo es mantener la inflación baja y estable. Según el ente emisor, esto promueve la estabilidad de otros macroprecios, como las tasas de interés, el tipo de cambio y los salarios.
El objetivo inflacionario establecido por el BCCR es relevante porque se usa como referente para la toma de decisiones empresariales en aspectos como costos de bienes y servicios; inversiones, o tasas de interés.
Riesgos y beneficios
Pablo González, analista económico de Mercado de Valores, dijo que la meta de inflación debe responder a las condiciones macroeconómicas del país, valorando aspectos como la estructura productiva, variables financieras y laborales.
“Lo que se busca es establecer un marco de gestión o una estrategia monetaria que permita a esas variables crecer ordenadamente, preservando el poder adquisitivo de la moneda y la estabilidad de precios”, explicó González.
Luis Alvarado, analista económico y bursátil de Acobo, mencionó que, en general, los países que mantienen metas de inflación no suelen realizar cambios continuos en los parámetros que se establecen.
“Este tipo de indicadores buscan brindar señales a diferentes grupos, como empresarios e inversionistas. El modificar estas señales o parámetros pueden generar inseguridad y confusión entre los agentes económicos”, afirmó Alvarado.
De acuerdo con el IPM, la mayoría de los países avanzados con esquemas de metas de inflación tienen una meta de 2% con un rango de tolerancia simétrico y han mantenido ese objetivo por un lapso extenso.
González agregó que los bancos centrales revisan condiciones internas y externas al establecer una meta, como la apertura comercial, las condiciones de crédito, la fiabilidad de la información y las expectativas.
Esto debido a que una meta muy alta podría acarrear tasas de interés nominales mayores o porque los índices pueden sobreestimar o subestimar el crecimiento real de los precios si no son fiables.
“Nos parece que la invitación que está haciendo el Banco Central para una discusión sobre el nivel de la meta va en línea con la correcta comunicación que debe dar a los agentes económicos a favor de fomentar su credibilidad”, afirmó González.
Por su parte, Alvarado aseveró que las variaciones en estos indicadores objetivo deben sustentarse en cambios estructurales, debido a que los ajustes deben realizarse con cautela.
“La credibilidad es uno de los elementos fundamentales de los Bancos Centrales, por lo tanto, sus decisiones afectan directamente los mercados financieros y bursátiles”, dijo Alvarado.
21 meses fuera de rango
El IPC suma 21 meses consecutivos por debajo del rango de tolerancia establecido por el Banco Central, entre 2% y 4%. En enero, la inflación se ubicó en 1,15%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
En enero, el indicador se aceleró y registró la variación mensual más alta de los últimos tres años. En una conferencia de prensa el mes pasado, Madrigal anticipó que la inflación continuará en valores positivos y entrará en el rango de tolerancia en el tercer trimestre de 2025.
El ente emisor indicó que el alza en la inflación responde, en parte, a un choque de oferta derivado del aumento en los precios de bienes agrícolas por las condiciones climáticas adversas en la segunda mitad del año pasado.