Inflación negativa se aleja de proyección del Banco Central de 1%

Datos del INEC muestran que la variación del Índice de Precios al Consumidor tuvo un muy ligero aumento de mayo a junio, pero la acumulada en lo que va del año es de -0,83%. Ello puede mover la línea de pobreza y con ello limitar acceso a subsidios, becas y demás.


El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) divulgó los más recientes datos del comportamiento del Índice de Precios al Consumidor (IPC), según los cuales de mayo a junio creció un tímido 0,04%, pero al calcularse desde enero más bien presenta un comportamiento deflacionario y se ubica en -0,83%.


Si bien los presupuestos familiares sienten el aumento del 44,72% del tomate, el producto que mayor aumento reportó, lo cierto es que los otros bienes que empujaron el IPC para arriba fueron los “paquetes turísticos al extranjero” y el “boleto aéreo”. Mientras tanto, del otro lado de la moneda, cambios a la baja en la gasolina, la papa y la pechuga de pollo fueron muy significativos para que la variación global fuera negativa.


Sobre el comportamiento del IPC, El economista Leiner Vargas manifestó que “yo no esperaría, a como vamos, que el Banco Central llegue a su meta que era por lo menos un 1% de inflación” en el tercer trimestre del año.


El problema de ello radica en que “tiene una incidencia muy fuerte en las perspectivas de aumento de salario, hasta en los límites de pobreza”. De hecho, afirmó que “preocupa mucho este dato para las negociaciones salariales y para las negociaciones en los índices de becas y demás, porque se termina siendo un dato muy poco claro respecto al verdadero costo de la vida”.


“Si usted toma el indicador de la línea de pobreza del año pasado y lo comparan con este año, pero con una inflación negativa, lo que va a suceder es que baja el indicador nominal de la línea de pobreza”, lo cual entonces puede crear el espejismo “de que la gente va a salir de la pobreza producto de esta deflación”, pero “el efecto es básicamente porque hubo deflación” que incide en esa fijación de la línea de pobreza, y no porque las personas y familias en condición de pobreza tuviesen más ingresos.


“Eso es tremendamente injusto desde el punto de vista del concepto mismo de pobreza”, subrayó.


“Usted para por ejemplo recibir una pensión del Régimen No Contributivo de la CCSS tiene que ser pobre, pero resulta que si el indicador de la inflación es deflacionario y baja como en este caso a -0,83%, eso hace que esa caída en la inflación lo saque a usted de la pobreza, ya usted no puede recibir la pensión de la Caja. Igual sucede a los chicos con beca, etcétera”.


Es decir, la deflación va a hacer más difícil que la gente que requiere asistencia social califique para ella.


Vargas además llamó la atención a que el salario global establecido en la Ley Marco de Empleo Público también se fija nominalmente. “Si usted entra en una categoría salarial cuyo salario completo era de ₡1,5 millones, ahora hay un 1% menos, eso significa que ahora va a ser de ₡1.475.000, o sea, el efecto neto es la caída, no el aumento”.


“Esto beneficia directamente a la agenda publicitaria del gobierno, porque lo que esto anticipa es que vamos a tener una reducción de la pobreza, pero eso es una ilusión monetaria”.


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