La recaudación del impuesto sobre la renta de las personas jurídicas (empresas) alcanzó en 2025 su nivel más bajo desde 2021 en un primer semestre, según cifras fiscales del Ministerio de Hacienda.
Durante este periodo, las empresas pagaron ¢725.324 millones por el impuesto a los ingresos y las utilidades. Es el monto más bajo desde 2021, cuando Hacienda obtuvo ¢649.877 millones por este rubro en el primer semestre.
En comparación con el mismo lapso de 2024, Hacienda dejó de percibir ¢8.149 millones, debido a que la contribución de las empresas en renta disminuyó 1,1% en este primer semestre.
La situación es más crítica si se compara con los primeros seis meses de 2023, cuando el fisco recibió ¢839.368 millones por renta de las personas jurídicas, cifra superior en ¢114.044 millones a la obtenida en 2025.
Hacienda explicó que la variación entre 2024 y 2025 se debió principalmente a una caída del 18,3% en el impuesto sobre los ingresos del sector público, situación que no fue compensada por el sector privado, cuyo aporte creció 3,4%.
El Ministerio agregó que los pagos parciales de la renta se calculan como promedio de los últimos tres años y que, luego del rebote pospandemia, el aumento de la inflación y la depreciación del tipo de cambio, la base imponible creció significativamente en 2021 y 2022, generando ingresos extraordinarios. “Era previsible una desaceleración a partir de 2023″.
Además, Hacienda indicó que en el primer semestre de 2024 se contabilizaron ¢30.000 millones extraordinarios por fiscalización. “Al excluir este efecto extraordinario, el crecimiento real del impuesto sobre la renta a personas jurídicas en el 2025 sería de 3,1%, en lugar de -1,1%”, agregó la cartera.
Elian Villegas, exministro de Hacienda, manifestó que esta dinámica en la recaudación podría estar asociada al modelo productivo costarricense, orientado principalmente a las zonas francas.
“Esto debería preocuparle al Gobierno y al país, porque no es solo un tema fiscal, es de estructura productiva (...) Hay que hacer una revisión general para ver si podemos seguir por esa ruta o si tenemos que generar alternativas a esa ruta”, dijo Villegas.
Añadió que en zonas francas, aunque la producción sea alta, no se cobra impuesto sobre la renta a las personas jurídicas, sino que se recauda a través de la renta de personas físicas.
El exministro destacó que las diferencias con la recaudación de 2023 son muy grandes y que un posible efecto cambiario ya debería estar absorbido en las cifras de este año, pues la mayor reducción en el valor del dólar ya ocurrió.
Daniel Ortiz, director ejecutivo de Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa), afirmó que también influye un entorno de desaceleración económica, particularmente en el régimen definitivo, y una inflación cercana al 0%.
“Todo esto se refleja en las cuentas fiscales (...) Las empresas no tienden a ajustar los precios en contextos de inflación muy baja para no perder participación de mercado”, comentó Ortiz.
Emmanuel Agüero, economista del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional, consideró que también podría influir la desaceleración en las actividades del régimen definitivo y, en menor medida, la apreciación del tipo de cambio.
Como porcentaje del producto interno bruto (PIB), los ingresos tributarios por renta de las personas jurídicas representaron 1,41% en este primer semestre, lo que implica una reducción de 0,08 puntos porcentuales (p. p.) en comparación con 2024 (1,49%) y de 0,37 p. p. respecto a 2023 (1,78%).
Este aporte de las personas jurídicas es el de mayor participación en este tributo, ya que representó el 58% de la recaudación por el impuesto a los ingresos y utilidades durante el periodo.
‘No es un deterioro’
El despacho del ministro de Hacienda, Rudolf Lücke, afirmó que el comportamiento de la recaudación en renta de personas jurídicas “no se interpreta como signo de deterioro”, sino como un proceso de normalización tras los ingresos extraordinarios de años previos.
Según el Ministerio, los datos preliminares a julio muestran una recuperación, con un crecimiento interanual del 2,5% en renta. Además, señaló que aunque algunas cédulas del impuesto sobre la renta disminuyeron, sobre todo en el sector público, la recaudación en el sector privado aumentó en ¢20.000 millones.
Hacienda atribuyó el comportamiento a las actuaciones de control sobre contribuyentes, que incluyen fiscalización, control de evasión y elusión, así como cobros administrativos y judiciales.
Crece aporte de físicas
En contraste, la contribución por renta de las personas físicas mantiene una tendencia al alza, con un aumento del 5,4% en los primeros seis meses de 2025 respecto al mismo lapso del año pasado.
En términos absolutos, en este periodo la recaudación de personas físicas aumentó en ¢20.811 millones, pasando de ¢382.862 millones en 2024 a los ¢403.674 millones en 2025.
El Ministerio explicó que el incremento provino en un 91% del impuesto sobre salarios, jubilaciones, pensiones y otros pagos laborales del sector privado y, en menor medida, del público.
Esta dinámica obedece principalmente a las actuaciones de control cruzado del Ministerio de Hacienda. El sector privado creció 9,4%, impulsado por la mejora en la base tributaria vinculada al mercado laboral, mientras que en el público el aumento fue del 2%.
Villegas consideró que esta tendencia podría responder a una mayor contribución de asalariados que pagan renta, ligada al mejor desempeño de las empresas ubicadas en zonas francas.
Por su parte, Agüero señaló que la mejora en la formalidad y la reducción en la tasa de desempleo favorecen una mejor recaudación del impuesto a personas físicas. Añadió que el buen desempeño del régimen especial también se refleja en mayor contratación.
En términos absolutos, el impuesto sobre la renta encabezó los ingresos tributarios durante este semestre, con ¢1.247.316 millones, ¢10.462 millones más que en 2024, aunque con un crecimiento de apenas 0,8%, explicado por el comportamiento del rubro de personas físicas.
Ingresos tributarios desaceleran respecto al PIB
A nivel general, los ingresos tributarios del Gobierno Central se desaceleraron como porcentaje del PIB en el primer semestre de este año. La recaudación fue de ¢3.356.487 millones en este periodo.
Su relación con la producción pasó de 6,7% en 2024 a 6,5% en 2025, una disminución de 0,2 p. p. Aunque la recaudación aumentó en términos absolutos, el PIB creció a un ritmo mayor, lo que redujo su peso relativo respecto al año anterior.
Agüero enfatizó que, aunque los ingresos tributarios cayeron en relación con el PIB, el gasto primario también disminuyó 0,5 p. p., lo que permitió mantener un balance primario superavitario. “Esto es fundamental para evitar presiones sobre la deuda”, afirmó.
A junio de 2025, los ingresos tributarios crecieron 1,3% en comparación con el mismo periodo de 2024, levemente por encima del 0,7% registrado a mediados de 2024. El aumento nominal fue de ¢43.614 millones, frente a ¢3.312.873 millones obtenidos en 2024.
Este incremento se explica principalmente por el comportamiento de los impuestos a la propiedad —en particular sobre vehículos—, a las importaciones, al valor agregado (IVA) y a los ingresos y utilidades.