La nueva política de aranceles del gobierno de Estados Unidos plantea retos para la economía costarricense, los cuales, deben ser abordados con prioridad para que el país pueda disminuir el impacto negativo sobre los exportadores.
En ese sentido, expertos concuerdan que este aumento arancelario, obliga a Costa Rica a replantear su estrategia comercial, mejorar la competitividad, permitir un ajuste cambiario, diversificar sus exportaciones y abrir nuevos socios comerciales.
Además, es fundamental que el país continúe negociando con Estados Unidos, para atender sus requerimientos y procurar una reducción del arancel del 15% al 10%.
Así lo advirtieron expertos costarricenses, durante un webinar organizado por el Observatorio de Políticas Públicas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en alianza con el Consejo de la Promoción de la Competitividad (CPC) y LEAD University.
La actividad estuvo moderada por William Segura, vicepresidente del CPC, y contó con las intervenciones de Rodrigo Cubero, expresidente del Banco Central de Costa Rica; Viviana Santamaría, socia fundadora de Catrade Consulting Group; y Juan Luis Zúñiga, director de la carrera de Comercio Internacional de LEAD University.
Durante el espacio de análisis, los expertos destacaron que, mientras países como México, han logrado condiciones diferenciadas frente a los nuevos aranceles, Costa Rica enfrenta un escenario de desventaja relativa.
Por ello, enfatizaron la necesidad urgente de diversificar mercados, renegociar condiciones y aprovechar al máximo los acuerdos comerciales vigentes con más de 16 países.
De acuerdo con Viviana Santamaría, “Costa Rica debe prepararse para un escenario de ventajas arancelarias cada vez más cambiantes y acuerdos comerciales más transaccionales.
Esto obliga al país a actuar con estrategia, aprovechando las oportunidades de exención en productos agrícolas y alineando sus políticas para no perder competitividad en el mercado estadounidense”.