Costa Rica destaca como uno de los 10 países del mundo con el mayor impuesto sobre las utilidades, según datos de la consultora independiente Tax Foundation.
Con un 30% de renta, el país se aleja del 23.5%, que es el promedio global y del 23.8%, el cual corresponde al promedio de la OCDE, es decir, se ubica por encima de países como Noruega, Francia, Alemania o Suiza.
Según el abogado tributario, Gabriel Zamora, este impuesto disminuye la competitividad de Costa Rica de cara a la atracción de inversión extranjera.
Además, indicó que otros países han disminuido este porcentaje para aumentar la recaudación.
«El hecho de que Costa Rica aparezca dentro del ranking de países con las tarifas de impuestos sobre utilidades empresariales más altas del mundo nos coloca en una clara desventaja competitiva. Este nivel impositivo lo que hace es desincentivar la inversión extranjera, frena la creación de nuevos emprendimientos y, quizá lo más preocupante, fomenta la evasión.
Una alternativa de solución eficaz y efectiva es la que han aplicado otros países como Irlanda, Hungría y Singapur. Estos países demostraron que al reducir el impuesto, lograron atraer inversión extranjera, aumentar la competitividad y ampliar su base tributaria. Este camino también podría considerarse en nuestro país para reactivar la economía», afirmó Zamora.
¿Por qué es alto este impuesto? El exministro de Hacienda, Elian Villegas, explicó que el país ha optado por aumentar el cobro sobre las utilidades, con el fin de mantener otros impuestos más bajos.
«Hay que tener presente que el impuesto sobre la renta es un impuesto directo, es decir, es un impuesto que se cobra a la riqueza que se genera y se cobra en distintas categorías. Por ejemplo, a las personas que ganan un salario se les cobra impuesto sobre la renta a partir de cierto monto. En este momento, anda alrededor de unos 900.000 colones mensuales, entonces de ahí hacia arriba se empieza a cobrar el impuesto. A las personas que son trabajadores independientes se les cobra a partir de un monto que es un poquito más bajo. También, se le cobra impuesto a lo que son propiamente personas jurídicas y en el caso de las personas jurídicas es donde en el tramo final las empresas que ganan más, que andan por arriba de los 125 millones de colones, esas empresas tienen una tasa del impuesto que es del 30%.
Efectivamente, Costa Rica debe estar entre los 10 o 15 países del mundo que tienen una tasa más alta. Ahora, lo que hay que ver no es solo el impuesto sobre la renta, el impuesto sobre la renta es un impuesto directo, pero, por ejemplo, si nos vamos a ver el impuesto al valor agregado (IVA), que es un impuesto indirecto y que por tanto recae sobre toda la población, no solo sobre los que más tienen, sino también sobre los que menos tienen, la tasa es de un 13%, que no es de las tasas más altas que hay. Hay países con tasas que pueden andar en el 18%, en el 20% o en el 22%.Entonces, la decisión que ha tomado el país es cargar un poquito más los impuestos directos para no poner la carga tanto en los impuestos indirectos», detalló el exjerarca.
Villegas se refirió a la importancia que tiene este impuesto en cuanto a la recaudación total que hace el Ministerio de Hacienda. Además, recordó que el mismo no tiene injerencia en empresas ubicadas en zonas francas.
«Digamos que entre el impuesto sobre la renta y el impuesto al valor agregado se recoge alrededor del 80% de los impuestos que recoge el país anualmente. De ese 80%, la mitad más o menos es el impuesto al valor agregado y la otra mitad corresponde al impuesto sobre la renta, de forma tal que este impuesto realmente es muy importante para efectos de Costa Rica.
En todo caso, hay que tener presente que en este impuesto sobre la renta, como les decía, no solo entra propiamente el impuesto corporativo, lo que se conoce como el impuesto a las empresas, sino que también entra el impuesto a los salarios. Además, debe tenerse presente otro elemento adicional y es que en este momento gran parte de lo que es la producción costarricense se está manejando por medio del esquema de zonas francas, donde lo usual es que no se pague impuestos sobre la renta por parte de las empresas, sino únicamente en lo que tiene que ver con los salarios que se le paga a los trabajadores», añadió Villegas.
Finalmente, el ex viceministro de Hacienda, Fernando Rodríguez, señaló que la tasa que se cobra en el impuesto sobre la renta no es un factor tan determinante para que empresas extranjeras decidan invertir en el país.
«Las empresas transnacionales principalmente lo que andan buscando son sitios donde tengan capacidad de generar utilidades; o sea, que reúnan condiciones que les permitan tener la posibilidad de generar ganancias, que tengan condiciones de competitividad suficientes para que esto sea posible. Así que, todavía la tasa que se cobra de impuestos a las utilidades no se ha convertido ahí en una diferencia. En algunos casos, donde se cobran tasas muy bajas, las empresas no es que han llevado sus inversiones para producir desde ahí, sino que han ubicado ahí su centro de generación de utilidades; o sea, ahí llegan y concentran el registro de sus actividades, pero no necesariamente la sustancia de la realización de de las actividades empresariales.
Entonces, esto no ha pesado en esa decisión. Hay muchas organizaciones que andan diferenciando en ese sentido con respecto a temas similares a estos, pero en realidad no utilizan una base fáctica como para poder hacer ese análisis. Yo creo que este es el caso; o sea, los hechos en la práctica dicen otra cosa y la tasa de impuesto en realidad no es el factor fundamental, sino las condiciones de competitividad del país», aseguró el economista.