El impuesto sobre rentas y ganancias de capital generó ingresos por ¢1.17 billones (millones de millones) desde julio del 2019 hasta setiembre del 2023, según datos del Ministerio de Hacienda; entidad que proyecta que para este 2023 la recaudación por este tributo sea la mayor registrada a la fecha.
Este tributo amplió su alcance en el 2018, con la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas. Esta expansión implicó la inclusión de más contribuyentes en el capítulo de de rentas de capital mobiliarias e inmobiliarias, y la creación del impuesto a las ganancias de capital.
Durante los primeros nueve meses del 2023, la Administración Tributaria reportó ingresos por rentas y ganancias de capital por ¢265.655 millones, equivalentes al 14% del total de la recaudación del impuesto de renta. Los ingresos por este tributo crecieron 11% en comparación con los primeros nueve meses del 2022, cuando Hacienda recaudó ¢238.724 millones.
Rudolf Lücke, director general de Hacienda, explicó a La Nación que este crecimiento se atribuye a un mayor nivel de actividad económica en Costa Rica y prevé que, de mantenerse el ritmo actual, la recaudación total del 2023 superará la del 2022, que fue de ¢305.249 millones.
Si se considera la recaudación por rentas del capital como porcentaje del impuesto sobre la renta total, el 14% acumulado hasta setiembre del 2023 es un porcentaje mayor que el que ha tenido el tributo en las cifras del 2019 al 2022. De esta forma, si se mantiene el ritmo de recaudación el porcentaje también sería el mayor en los últimos años.
Un nuevo tributo
Priscilla Piedra, socia de impuestos y servicios legales en Deloitte Costa Rica, recordó que tanto las rentas como las ganancias de capital entraron en vigor pocos meses después de aprobada la reforma fiscal, concretamente en julio del 2019.
Este impuesto se aplica a diversas transacciones, como alquiler o venta de viviendas, alquiler o venta de equipo mobiliario, rendimientos, dividendos, excedentes de participaciones, títulos valores, depósitos a plazo o ganancias por diferencial cambiario.
German Morales, socio de Impuestos y Legal de Grant Thornton, destacó que la reforma del 2019 reclasificó estos tributos, separándolos en rentas de capital mobiliario, inmobiliario, y ganancias y pérdidas de capital.
Mencionó que, la entrada en vigencia de la reforma tributaria, en el 2019, implicó un cambio en la tarifa mediante la cual se cobra este impuesto. Anteriormente, se calculaba de forma general como parte del impuesto sobre la renta, a la cual se le aplicaba una tarifa del 30% a la utilidad neta de los contribuyentes.
Mario Ramos, director general de Tributación, indicó que Tributación no tenía forma de identificar los ingresos por estas rentas previo a julio del 2019, debido a que antes de la reforma no estaban sujetas para todos los contribuyentes, como ocurre actualmente.
Previo a la reforma del 2018, el pago se hacía de manera anual. Actualmente, este se cancela de forma mensual, según Morales.
¿Cómo se calcula el impuesto hoy?
En cuanto al cálculo del impuesto, Priscilla Piedra y Luis Chacón, especialista en impuestos de la firma BLP, detallaron que el capítulo XI de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas grava con una tarifa general del 15%, calculada sobre el total de la base imponible.
Sin embargo, Chacón explicó que cada transacción hay que calcularla y pagarla por separado, pues existen exoneraciones y transitorios que pueden aplicar en el cálculo del tributo según la situación, por lo que recomendó asesorarse con un experto.
Siempre que una empresa o persona obtenga una renta o ganancia de una actividad que esté relacionada a la actividad lucrativa y generación de ingresos gravables, estará sujeto a la aplicación del impuesto sobre las utilidades común, con la tarifa del 30%, y no aplicará la tarifa del 15%.
Un ejemplo de rentas inmobiliarias son los alquileres. La ley estableció que los propietarios de bienes en alquiler que tienen al menos un empleado podrán escoger entre tributar con el régimen tradicional de renta, o el 15% sobre el 85% del ingreso del alquiler; pero si no tiene empleado tendrá que adoptar la segunda opción.
Si se trata de una ganancia de capital inmobiliario, la vivienda habitual se encuentra exenta.
Por lo tanto, si la propiedad que se vende no es la casa donde vive la persona, esta paga la tarifa común del 15%. Sin embargo, si el activo se adquirió previo al 1.° de julio del 2019 y es la primera vez que se vende, se abrió la posibilidad de cancelar el 2,25% sobre el valor de la venta.
Por otra parte, un ejemplo de rentas mobiliarias son los intereses de un certificado de depósito a plazo, que pagan una tarifa del 15%.
Al mismo tiempo, se establecieron transitorios que aumentarán la tarifa del impuesto de manera progresiva en el tiempo. Por ejemplo, las utilidades pagadas por cooperativas a sus asociados iniciaron con una tarifa del 7% hasta alcanzar el 10%.
En el caso de los rendimientos de títulos valores emitidos por cooperativas o por el Banco Popular iniciaron con una tarifa del 7% en el 2019 y aumentan un punto porcentual cada año, llegando hasta el 15%.
Las herencias también están exentas. Según Chacón, únicamente estarán sujetas siempre y cuando se obtenga una ganancia o beneficio de ella. Por ejemplo, si una persona recibe una casa como parte de una herencia y la vende, debe hacer la declaración y pago del impuesto hasta ese momento.