El déficit fiscal del Gobierno (diferencia entre ingresos y gastos) podría ser mayor que el año anterior al cierre de 2024, debido a una serie de factores, y esto estrujaría más las posibilidades de que el país disponga de más recursos a mediano plazo para inversión social o infraestructura pública.
Así lo advierte el Análisis de Coyuntura Fiscal del primer trimestre de 2024 elaborado por el Observatorio Económico y Social de la Escuela de Economía (OES) de la Universidad Nacional (UNA), cuyos resultados fueron divulgados este martes.
Según el informe, en los primeros cuatro meses de este año se ha evidenciado una disminución en los ingresos del Gobierno, principalmente los tributarios, y un aumento en el gasto público, en comparación con el mismo periodo del año pasado.
“En reiteradas ocasiones, el actual Gobierno ha destacado la capacidad fiscal de alcanzar un superávit primario (diferencia entre ingresos y gastos, sin considerar el pago de intereses de deuda). Sin embargo, ese colchón parece estarse desinflando”, indica el estudio.
Mientras que en el periodo enero a abril de 2023 ese superávit era de un 1% del Producto Interno Bruto (PIB), para este primer cuatrimestre del año bajó a 0,60% del PIB.
En el caso del déficit financiero, fue de 0,70% en el mismo periodo de 2023 y a abril de este año fue de 1,10% del PIB.
De continuar esta tendencia, reseña el estudio, se prevé que para el cierre del año se ubique alrededor del 3,5%.
“El Observatorio Económico y Social llama la atención de que esta situación podría hacer más difícil la reducción del nivel de deuda por debajo del 60% del PIB, lo cual implicaría que las medidas más restrictivas de la regla fiscal van a seguir vigentes durante un año más, y con esto seguirán restringidos los gastos de capital y los ajustes salariales en el sector público”, explicó Fernando Rodríguez, coordinador del OES.
La regla fiscal es una norma creada por la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas que impone un tope al crecimiento del gasto público, de acuerdo con el nivel de endeudamiento del país y la situación económica. Entonces, si la relación deuda-PIB cae por debajo del umbral del 60% se abriría la llave para una mayor inversión en gastos de capital, ajustes salariales al sector público y a las pensiones, y un incremento del presupuesto nacional.
Ingresos caen
El informe destaca que desde noviembre de 2022 y hasta la fecha se evidencia una desaceleración en el comportamiento de los ingresos tributarios. Casi todos los impuestos, excepto el selectivo de consumo y el único a los combustibles, han mostrado un decrecimiento.
Uno de los impuestos que más aportan a la recaudación, como el de ingresos y utilidades (renta), sufrió una desaceleración más marcada desde marzo de 2023 y registró una caída en los meses de marzo y abril de este año.
Desde 2021, este tributo ha venido perdiendo peso con respecto al PIB. En ese año, representaba un 1,86% de la producción y al cierre de abril de 2024 bajó a un 1,67%.
Mientras, el Impuesto al Valor Agregado (IVA), otro que más aporta a la recaudación del Gobierno, ha mostrado una mayor estabilidad con un crecimiento interanual de 4,45%, pero con una tendencia hacia la desaceleración. Su aporte al PIB se mantiene en un 1,66% idéntico al de hace un año.
Los ingresos totales con respecto al PIB acumulan tres años consecutivos de reducción. Al cierre del primer cuatrimestre de este año, representaron un 5,14%, mientras que en el 2021 eran de un 5,44%.
El Observatorio hizo un llamado para evitar un debilitamiento adicional del sistema tributario del país, con reducciones adicionales de impuestos o la aprobación de nuevas exoneraciones, como ocurrió el año anterior con el impuesto a la propiedad de vehículos, uno de los componentes del pago del marchamo.
Más gasto
Incrementos en los rubros de remuneraciones, gasto de capital y en el giro de transferencias al sector público incidieron en un crecimiento del gasto público total en los primeros cuatro meses del año.
Si se globaliza con respecto al PIB, el indicador aumentó de 6%, en 2023, a 6,24% este año.
El pago de intereses de la deuda pública también registra un crecimiento, aunque en menor medida, ayudado además por las reducciones sostenidas en el tipo de cambio del dólar con respecto al colón y de las tasas de interés domésticas.
A pesar de ello, este gasto representa un 1,75% del PIB y supera el 1,72% reportado en abril de 2023.
“Nuevamente, reiteramos la necesidad de impulsar una política pública que reduzca el costo del financiamiento de la deuda pública, pues el país está consumiendo una cantidad de recursos cada vez mayor en el pago de intereses, que podrían ser utilizados en la atención de necesidades apremiantes de la población”, señala el estudio.
Para el Observatorio, el espacio de ajuste fiscal por la vía del gasto público es muy reducida, en vista de que existen sectores que urgen de una mayor asignación de recursos, como seguridad pública ante el incremento de la violencia, educación pública, programas sociales e infraestructura.