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Deterioro en cifras fiscales enciende alertas entre economistas

Los primeros cinco meses del año muestran un deterioro en los indicadores fiscales del Gobierno que enciende las alertas entre economistas.


De la relativa estabilidad y mejoría que se notó años atrás, en buena parte impulsada por la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, aprobada por la Asamblea Legislativa en 2018, se evidencia una desmejora en las cifras fiscales en la primera parte del año en curso.


Ya en marzo anterior el economista y exministro de Hacienda, Fernando Naranjo, había alertado de un debilitamiento en las finanzas públicas en los doce meses anteriores que se reflejaba en ese momento en el decrecimiento de los ingresos tributarios, el alto gasto público y el aumento en el pago de intereses de la deuda pública.


“Las cifras fiscales muestran un deterioro. No es cierto que estemos mejor y vamos para atrás como consecuencia del tipo de cambio. Hay un deterioro significativo del déficit financiero y el superávit primario también tuvo un deterioro entre 2022 y 2023”, advirtió el 19 de marzo a los diputados de la Comisión de Asuntos Hacendarios.


Más de tres meses después otros economistas, como Norberto Zúñiga, socio consultor de la firma Ecoanálisis, y Fernando Rodríguez, coordinador del Observatorio Económico y Social (OES) de la Universidad Nacional (UNA) y exviceministro de Ingresos, confirman que los principales indicadores desmejoraron en la primera parte de 2024.


“En efecto en los primeros cinco meses del año se ha observado una desmejora en los indicadores fiscales. Se ha reducido el superávit primario y aumentado el déficit financiero, como consecuencia de una menor recaudación tributaria y aumento en los gastos corrientes”, explicó Zúñiga.


Según el último informe de resultados fiscales divulgado por el Ministerio de Hacienda, el superávit primario del Gobierno (diferencia entre ingresos y gastos, sin considerar el pago de intereses de la deuda) disminuyó a 0,7% del Producto Interno Bruto (PIB) a mayo.


Se situó en ¢319.437 millones y experimentó una disminución de ¢178.036 millones (0,4% del PIB 2024), en comparación con el mismo periodo de 2023, cuando ascendió a ¢497.473 millones (1,1% del PIB).


Zúñiga mencionó que el menor superávit primario es resultado de una disminución de 0,2% en los ingresos tributarios, principalmente los provenientes de la recaudación del impuesto a la renta de las personas jurídicas, por la fuerte apreciación del tipo de cambio que ha reducido las ganancias de muchas empresas, así como por los menores ingresos deel impuesto a la propiedad de vehículos.


Dijo que también se atribuye al aumento de 0,3% del PIB en los gastos corrientes, especialmente por el reciente pago del ajuste salarial retroactivo a los empleados públicos, congelado desde 2020, y a mayores gastos en inversión.

Caída

De acuerdo con datos del OES, los ingresos totales experimentaron una reducción al cierre del primer cuatrimestre del año, explicada por una caída de los ingresos tributarios como porcentaje del PIB (0,22% menos) en relación con el mismo periodo de 2023.

Los ingresos tributarios y totales se han ubicado en el menor nivel de los últimos años con respecto al PIB.

“Hay una reducción en el dinamismo de la recaudación de impuestos e incluso ha llegado a observarse como una caída de los ingresos tributarios en los meses de marzo y abril”, comentó Rodríguez.

Según el OES, en el caso del impuesto a los ingresos y utilidades (renta) hubo una disminución importante de la recaudación con respecto al mismo periodo de 2023, como porcentaje del PIB, que se explica por la reducción de la recaudación del impuesto sobre la renta en marzo, mes en que cerró el plazo para pagar el impuesto correspondiente a la liquidación de renta del año fiscal 2023.

En 2021, el impuesto a los ingresos y utilidades representaba un 1,86% de la producción y al cierre de abril de 2024 bajó a un 1,67%.

En el caso del rubro del impuesto a los ingresos y utilidades de las personas jurídicas, el bajo crecimiento de algunos sectores puede haber disminuido la renta neta de las empresas y con esto la recaudación del impuesto.

En el caso del Impuesto al Valor Agregado (IVA), en los primeros cuatro meses del año la recaudación con respecto al PIB alcanzó el mismo porcentaje que el año anterior. A abril, creció un 4,45% de forma interanual, mientras que en el mismo periodo de 2023 creció un 5,96% interanual.

Otro impuesto que ha influido en una menor recaudación es el que se cobra a la propiedad de vehículos. Mientras en abril de 2024 disminuyó un 4,11% interanual, en el mismo periodo del año pasado creció un 18,09%.

Los ingresos totales con respecto al PIB acumulan ya tres años consecutivos de reducción. Al cierre del primer cuatrimestre de este año, representaron un 5,14%, mientras que en 2021 fue de un 5,44%.

Más gasto

Mientras los ingresos tributarios disminuyeron, el gasto público aumentó en los primeros cuatro meses del año y marcó una tendencia distinta a la de años previos.

Ese crecimiento es consecuencia de un mayor gasto en remuneraciones (pago del aumento salarial retroactivo), un aumento del gasto de capital y de un mayor gasto en transferencias corrientes al sector público.

Además, el gasto en intereses siguió creciendo, a pesar de los ajustes fiscales de los años recientes.

Si se estudian los datos más detalladamente, al cierre del primer cuatrimestre las remuneraciones crecieron un 3,32% interanual, mientras que en el mismo periodo del año anterior aumentaron un 0,21%.

La partida con más crecimiento de los últimos años es la del pago de intereses de la deuda pública, que alcanzó un 1,75% del PIB al cierre de abril y que podría llegar a otro nivel máximo histórico al terminar 2024.

La partida de transferencias ha sido la que crece de forma más marcada, sobre todo las transferencias al sector público, que engloba la movilización de recursos desde el Gobierno Central hacia entidades autónomas o semiautónomas, incluyendo recursos para el financiamiento del gasto social. Estas transferencias al sector público alcanzaron un 1,34% del PIB a abril de 2024, luego de que en el mismo periodo de 2023 fuera un 1,14% del PIB.

Resultado y proyección

Según indicó Zúñiga, el déficit financiero global se ha incrementado ligeramente por encima de la disminución del superávit primario, en 0,6% del PIB, como consecuencia de mayores gastos en intereses en 0,1%.

“Este aumento se explica por las mayores tasas de interés pagadas por la colocación de los eurobonos y mantener montos elevados de depósitos en el Banco Central sin ganar intereses”, amplió este economista.

De acuerdo con los datos del OES-UNA, el déficit financiero (diferencia entre ingresos y gastos) a abril de 2024 fue de 1,10% del PIB, mayor al déficit registrado en abril de 2023, que fue de 0,70% del PIB.

El Observatorio Económico y Social, con base en los datos a abril de este año, prevé que el déficit financiero de 2024 se ubique alrededor del 3,5% del PIB y la deuda del Gobierno Central se mantendría por encima del 60% del PIB, suponiendo que el crecimiento de 2024 se mantenga en el nivel previsto por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) y que no hay un cambio brusco de tendencia en la inflación.

En términos similares se manifestó Zúñiga, quien aseguró que no vislumbra una mejoría para la segunda parte del año.

“Al igual que el año pasado, este año se observará un leve deterioro en las cifras fiscales. Es probable que el déficit financiero no sea inferior al 3,5% del PIB y el superávit primario 1,5%. La deuda total en relación al PIB se mantendrá por encima de 60%”, advirtió.

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