La imposición de aranceles del 10 % a las importaciones de Costa Rica, anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el pasado 2 de abril, tendría efectos negativos sobre el crecimiento de la economía del país.
Así lo sostuvo este jueves el Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional (UNA), que hizo una revisión a la baja de las expectativas de crecimiento para 2025. Sin aranceles, la producción crecería un 3,6 %, mientras que con aranceles sería de un 3 %.
“Las proyecciones de crecimiento económico de Costa Rica se enmarcan en dos posibles escenarios, los cuales dependen principalmente del comportamiento del comercio internacional, la evolución de la economía de Estados Unidos y las condiciones de política monetaria interna”, señala el primer informe macroeconómico presentado por el Cinpe.
El impacto que provocarían los aranceles en la economía local se fundamenta en la fuerte vinculación comercial que tiene Costa Rica con Estados Unidos. El 48 % de las exportaciones del periodo 2020-2024 tuvieron como destino las naciones de América del Norte, donde Estados Unidos destacó con un 44,5 % de los productos colocados.
Además, las exportaciones al mercado estadounidense han crecido anualmente, en promedio, un 7,6 %. Solo en 2023, comparado con 2022, el incremento fue de hasta un 22,7 %, y representó $8.141,5 millones.
Estas cifras, sin embargo, no fueron suficientes para lograr un superávit a favor de Costa Rica en la balanza comercial, en términos absolutos, entre lo que se exporta y lo que se importa. Tampoco lo fueron para evitar que el equipo de Trump excluyera al país de la base de aranceles del 10 %.
Afectaría negativamente las exportaciones de dispositivos médicos, piña, banano y café.
Además de este factor, otros elementos que ralentizarían el crecimiento del producto interno bruto (PIB) costarricense son la tendencia a la baja del consumo privado de las familias y del régimen definitivo, donde se ubican principalmente las pequeñas y medianas empresas (pymes) y que emplea al 66 % de la fuerza laboral.
El Cinpe recordó que solo el consumo privado representa hasta un 65 % del PIB nominal. Sin embargo, hacia finales de 2024, el indicador redujo su peso a un 63,9 %. Este comportamiento se explicaría por los cambios estructurales y coyunturales en los patrones de gasto, como el ingreso disponible en las familias, el nivel de endeudamiento, el desempleo, así como las tasas de interés y la inflación del país.
Mientras que el régimen definitivo cayó de un 3,66 % del PIB en el primer trimestre de 2024 a un 2,75 % en el primer trimestre de 2025, el régimen especial (donde se ubican las zonas francas) muestra un crecimiento robusto, hasta ubicarse en un 10,75 % al primer trimestre de este año.
Disparidades
Según el análisis del Cinpe, las actividades más dinámicas en Costa Rica son las de transporte y almacenamiento (7,8 % en 2024 y 7,1 % en 2025), información y comunicaciones (6,4 % y 5,7 %), servicios financieros (5,5 % y 5,4 %) y actividades profesionales (6,7 % y 5,4 %).
La otra cara de la moneda la representan los sectores de agricultura, silvicultura y pesca, que crecieron un 2 % en 2024, pero decrecerían un 2,3 % en 2025. Mención especial merece el turismo, que experimentó un crecimiento tras la pandemia hasta alcanzar los 2,9 millones de visitantes en 2024, aunque desde agosto del año anterior acumula cifras negativas.
En el ámbito de la política monetaria, el Cinpe destacó que la inflación, a enero de este año, se ubicó en 1,21 %, lo que mantiene a este indicador aún fuera del rango meta establecido por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), el cual es de entre un 2 % y un 4 %.
Luego de que durante la mayor parte del año anterior la inflación estuvo por debajo de cero, hacia diciembre y enero se experimentaron aumentos, en los que el costo de los alimentos tuvo una incidencia significativa.
A pesar de ello, en marzo se registró una contracción de apenas un -0,01 %, lo que indica que este comportamiento respalda el diagnóstico de un entorno inflacionario controlado y coherente con los objetivos del Banco Central.
En cuanto a la tasa de política monetaria (TPM) y la tasa básica pasiva (TBP), ambas han seguido una tendencia decreciente moderada hacia valores más neutros. Mientras que la primera acumula varios meses en torno al 4 %, la segunda se ubica en 3,98 %.
De acuerdo con el documento, esto favorece una mayor disponibilidad de crédito y la revaluación del colón, especialmente para consumo e inversión, lo que refuerza el dinamismo de la demanda interna.